¡Que vuelva bolunfil!

Me gustan los insultos light que suenan como si fueran proferidos por un quedado en el tiempo. Podría decir que me los imagino saliendo de la boca de un Calabró (Juan Carlos), por ejemplo. No me molesta en absoluto parecer una goma cuando los uso.

Recuerdo que mi tío Ricardo tenía un gran repertorio de expresiones de autor (no sé si delante de adultos mandaba a la gente a la reverenda mierda, pero al menos cuando estaba con nosotros, que éramos niños, nos mandaba a otros lugares más poéticos). Hoy, en la sección «¡que vuelva!», propongo bolunfil para reemplazar al ya desgastado y carente de toda significación boludo.

Vale decir: «Sos un reverendo bolunfil».

Sobran las palabras: totalmente gratuito

Hay expresiones que han sido cristalizadas por el uso y por eso no nos detenemos a pensar en su sentido.

La frase «totalmente gratuito/a» se compone de un adjetivo (gratuito/a) y un adverbio que lo modifica (totalmente). Por definición, totalmente significa 'enteramente, del todo', mientras que gratuito, implica que algo no cuesta dinero, o que se consigue sin pagar.

En este caso, no existen las medias tintas: cuando algo posee la calidad de gratuito, es porque no pagamos nada para conseguirlo. No tiene sentido, entonces, decir que algo es «totalmente gratuito». Alcanza con decir «gratuito».

¿Disconforme, desconforme o inconforme?

Disconforme
1. ‘No conforme’. Esta es la forma hoy mayoritaria en todo el ámbito hispánico. La variante desconforme ha perdido vigencia en el uso actual.
2. El sustantivo correspondiente es disconformidad (‘falta de conformidad o acuerdo’).
La variante desconformidad, frecuente hasta el siglo XIX, carece de uso en la actualidad.
3. Son también válidas las voces inconforme e inconformidad, preferidas en algunos países americanos, especialmente en México.

Tomado y resumido del Diccionario panhispánico de dudas

Uso correcto del pronombre «el/la cual»

En el intento de que lo escrito tenga un tono formal, mucha gente comete el mismo error: ubica el pronombre el cual / la cual (o sus variantes en plural) inmediatamente antes del antecedente al que este se refiere y no toma en cuenta que su uso está restringido a contextos específicos.

Ej:
*«Llamaron al técnico el cual había reparado en otra ocasión la computadora».
En esta oración, el cual está especificando algo del referente técnico (señala a cuál de todos los técnicos que existen se llamó), por lo que no puede usarse.

Puede decirse:
→ «Llamaron al técnico que había reparado en otra ocasión la computadora».

En cambio, este pronombre es usado correctamente cuando la información que está introduciendo tiene la función de explicar algo sobre lo anterior (siempre precedido de coma):

→ «Llamaron al técnico Juan, el cual había reparado en otra ocasión la computadora».

Como esto puede llevar a confusiones, mi consejo es el siguiente:

Usar el/la cual, los/las cuales solo después de preposición:

«Él es el técnico del cual tanto hablé».
«Él es el técnico con el cual hablé».

¡Que vuelva! Frase del día: «¡Chiva calenchu!»

Reconozcamos que jodete no es una palabra que canse: con frecuencia resulta muy práctica y casi nadie tiene registro de la gran cantidad de situaciones en que es empleada; podríamos definirla como una puteada neutra. Tal vez sea esta neutralidad la que la vuelve poco efectiva en aquellas ocasiones en que necesitamos ser más directos o personales con nuestras dedicatorias. También hay que admitir que es difícil no caer en la franca y asequible grosería. Para estos casos, propongo un nuevo «¡que vuelva!»:  el viejo y querido «chiva calenchu».

Modo de empleo: la frase pierde vigor si no se pronuncia con el debido gesto, que consiste en ubicar la mano sobre el mentón (un poco al estilo fierita, pero sin sobreactuación), y deslizar nuestros dedos índice y pulgar desde arriba hacia abajo.

Blancuzco y verdusco: ¿estamos todos locos?

La ortografía del español tiene ese qué se yo, ¿viste?

Una de esas "cositas" es la incoherencia absoluta que representa el hecho de que un mismo sufijo pueda admitirse escrito de dos modos distintos, dependiendo de la raíz con la que se una.

Este es el caso de -usco/-uzco.

Los sufijos -asco, -esco, -isco, -usco poseen el mismo origen y siempre se escriben con s. Sirven para formar sustantivos y adjetivos que indican caracterización de persona o cosa. Por ejemplo, del sustantivo novela, se deriva novelesco. A veces, estas palabras se usan despectivamente y connotan la idea de burla o desprecio.

Algunos casos señalan una caracterización de color o de tonalidad; entre estos existen excepciones que pueden escribirse de dos maneras: pardusco o parduzco (color que tira a pardo) y verdusco o verduzco (de verde, que tira a verde oscuro). Sin embargo, otros contra lo que uno supone, se escriben siempre con z:  negruzco (de color moreno, algo negro) y blancuzco (de blanco; que tira a blanco).