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¿Cursiva o comillas?

Una traductora de inglés me escribió hace tiempo por una consulta. No pude responderle en su momento, así que lo hago por esta vía. Ella estaba trabajando en la biografía de una mujer que narra la enfermedad de su hija y había un fragmento (en inglés) en donde la autora remarcaba una frase en cursiva para dar énfasis, ya que esta narraba el diagnóstico médico. Me consultaba si por tratarse de una frase tan dura y movilizante, debería utilizar cursiva al igual que en inglés.

El español y el inglés no tienen por qué compartir criterios tipográficos, pero en este caso, no encuentro alternativa si se desea el destaque de esas palabras. No utilizaría las comillas, ya que se asocian al discurso directo y la frase parecerá ser pronunciada por algún personaje. Tampoco optaría por la negrita, ya que es más común en textos didácticos y académicos. Supongo que si es muy importante resaltarla, quedan dos caminos: la cursiva o el subrayado. Yo optaría por la cursiva.


Cursiva en metalenguaje

En muchos textos de carácter pedagógico, se emplea la cursiva para introducir una idea y explicarla: 

«Un fonema es la unidad fonológica mínima que, en un sistema lingüístico, puede oponerse a otra unidad en contraste de sentido».

No es algo establecido por las normas de ortografía, sino que corresponde al ámbito de la ortotipografía. Este conjunto de normas que regulan el empleo de los signos tipográficos postula que una de las funciones de la cursiva es el realce de la palabra. Cuando la finalidad de un texto es didáctica, el recurso tiene el objetivo de destacar la palabra que se está definiendo. A esto se lo denomina empleo en metalenguaje.

Algunos tienen dudas sobre si este uso es equivalente al de las comillas. Lo que se suele recomendar es que si es posible, es preferible la cursiva. Cuando no es viable técnicamente, entonces se elige otra opción, como pueden ser las comillas o el subrayado. Por ejemplo, en un manuscrito, el empleo de la cursiva no es sencillo, por lo que para estos casos se opta por las comillas.

¿Comillas o cursiva?

Las comillas altas (“ ”) o las bajas (« ») se usan tanto para citar textualmente como para destacar expresiones que tienen algún tipo de particularidad. Lo que genera confusión es que la principal función de la letra cursiva es el realce (por ejemplo, una palabra, oración o texto que se usa en un sentido especial o que se quiere destacar porque no pertenece a nuestra lengua). En este sentido, muchas veces los que escriben presentan dudas entre estas dos opciones.

Aquí van dos usos que suelen generar problemas:

1) Extranjerismos:
El Diccionario panhispánico de dudas advierte que en textos impresos en letra redonda es recomendable reproducir los extranjerismos crudos (aquellos que no están incorporados en nuestra lengua) en letra cursiva en vez de escribirlos entrecomillados. Si el texto está en cursiva, entonces sí es frecuente el uso de las comillas:

«En el salón han puesto una boisserie que les ha costado un dineral».
o
«En el salón han puesto una "boisserie" que les ha costado un dineral».

2) Énfasis para resaltar importancia
En determinados contextos en los que se busca enfatizar algo, pero solo para resaltar la importancia de una o varias palabras, no se aconseja el uso de comillas ya que uno de sus usos habituales es el de la ironía y esto podría confundir al lector. Tampoco la cursiva, ya que el realce que sugiere esta tipografía no se vincula con este uso.

Énfasis:
«Es muy importante que traigan todos los documentos».

Ironía:
«Parece que últimamente le va muy bien en sus «negocios».